Cómo romper el silencio: una guía para que las empresas prevengan y atiendan la Violencia Doméstica

Artículo Escrito por:

Matías Fernández Ilarde

Presidente de la Federación Iberoamericana de 

Jóvenes Empresarios (FIJE), CGO & CFO de Be a Butterfly, CEO de Acue Talent

La violencia doméstica es una forma de abuso que se ejerce en el ámbito familiar o íntimo y que puede manifestarse de diversas maneras, como violencia física, psicológica, sexual o económica. Es un problema que nos afecta a todos, como personas, como sociedad y como empresas.

Imagina que un día llegas a tu trabajo y te encuentras con que uno de tus compañeros ha faltado por tercera vez en el mes. Imagina que te enteras de que sufre violencia doméstica por parte de su pareja y que no sabe cómo escapar de esa situación. Imagina cómo afecta esto a su bienestar, a su autoestima, a su productividad. Esto no es una ficción, es una realidad que viven millones de personas en Iberoamérica, que sufren violencia doméstica en sus hogares y que no encuentran apoyo ni salida. La violencia doméstica es una forma 

de abuso que se ejerce en el ámbito familiar o íntimo y que puede manifestarse de diversas maneras, como violencia física, psicológica, sexual o económica. Es un problema que nos afecta a todos, como personas, como sociedad y como empresas. En este artículo, te mostraremos cómo la violencia doméstica impacta en el entorno empresarial en Iberoamérica y qué puedes hacer tú, como empresario o director, para prevenir y atender este grave problema. Porque la violencia doméstica no es solo un asunto privado, es una cuestión de derechos humanos, de justicia y de responsabilidad social. 

 

La verdad sobre la violencia doméstica: desmontando los mitos que la perpetúan 

 

¿Sabías que la violencia doméstica es una de las principales causas de muerte, lesión y sufrimiento de las personas en Iberoamérica? ¿Sabías que la violencia doméstica no solo afecta a las víctimas, sino también a sus familias, a sus compañeros de trabajo, a sus amigos y a toda la sociedad? ¿Sabías que la violencia doméstica se basa en el poder, el control y el miedo, y que no tiene nada que ver con el amor, el respeto o la igualdad? 

 

Para abordar este tema, es imprescindible desenmascarar algunos conceptos erróneos que rodean a la violencia doméstica. Estos mitos son falsos, dañinos y peligrosos, ya que contribuyen a normalizar, justificar y perpetuar la violencia doméstica. Algunos de estos mitos son: 

 

1.La violencia doméstica es un problema privado que solo concierne a las parejas o familias involucradas. Falso. La violencia doméstica es un problema público, social y global, que afecta a los derechos humanos, a la salud, a la economía, a la educación y a la seguridad de todas las personas. La violencia doméstica no se 

puede tolerar ni ignorar, se debe denunciar y combatir. ¿Qué harías tú si supieras que alguien cercano a ti sufre violencia doméstica? ¿Te quedarías callado o le ofrecerías tu apoyo? 

 

2.La violencia doméstica solo ocurre en ciertos sectores sociales o económicos o en ciertas culturas o religiones. Falso. La violencia doméstica no discrimina ni respeta ningún tipo de frontera. La violencia doméstica puede ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento y a cualquier persona,independientemente de su edad, género, clase, cultura o religión. La violencia doméstica es un problema universal, que requiere de una acción conjunta y coordinada. ¿Qué puedes hacer tú para contribuir a la prevención y la atención de la violencia doméstica en tu comunidad, en tu país y en el mundo? 

 

3.La violencia doméstica solo afecta a las mujeres o solo a las mujeres que son débiles o dependientes de sus parejas. Falso. La violencia doméstica afecta a las personas de todos los géneros y de todas las condiciones. La violencia doméstica no es una cuestión de fuerza o de dependencia, sino de abuso y de dominación. La 

violencia doméstica no es culpa de las víctimas, sino de los agresores. La violencia doméstica no se puede aceptar ni minimizar, se debe rechazar y condenar. ¿Qué le dirías a una persona que sufre violencia doméstica? ¿Le culparías o le ayudarías? 

 

4.La violencia doméstica es provocada por el consumo de alcohol o drogas o por el estrés o los problemas personales del agresor. Falso. La violencia doméstica no tiene ninguna justificación ni excusa. La violencia doméstica es una elección y una responsabilidad del agresor, que usa el alcohol, las drogas, el estrés o los problemas como pretextos para ejercer su violencia. La violencia doméstica no se puede explicar ni comprender, se debe enfrentar y erradicar. ¿Qué harías tú si conocieras a un agresor de violencia doméstica? ¿Le perdonarías o le denunciarías? 

 

5.La violencia doméstica es una situación aislada o esporádica, que puede resolverse con el perdón o el amor. Falso. La violencia doméstica es un patrón de comportamiento que se repite y se intensifica con el tiempo. La violencia doméstica no es una muestra de amor, sino de odio y de desprecio. La violencia doméstica no 

se puede solucionar con el perdón o el amor, sino con la ruptura y la protección. ¿Qué harías tú si fueras víctima de violencia doméstica? ¿Te quedarías o te irías? 

 

 

La violencia doméstica nos duele a todos: la realidad de Iberoamérica 

 

La violencia doméstica es un problema global que afecta a millones de personas en todo el mundo, independientemente de su edad, género, clase o cultura. Sin embargo, la incidencia y las características de este fenómeno pueden variar según el contexto geográfico, social y económico. En este apartado, te compartimos algunos datos que te harán reflexionar sobre la magnitud del problema en Iberoamérica, una región con realidades distintas pero con desafíos comunes. 

 

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), al menos 4.640 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 23 países de la región en 2019. Este tipo de violencia extrema es solo la punta del iceberg de un problema estructural que se manifiesta en múltiples formas de violencia doméstica. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el 29,8% de las mujeres de América Latina y el Caribe ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja íntima en algún momento de su vida. Estos datos se 

han visto agravados por la pandemia de COVID-19, que ha incrementado la exposición de las mujeres al riesgo de violencia doméstica debido al confinamiento, la inseguridad económica y la falta de acceso a servicios de apoyo. 

 

Pero las mujeres no son las únicas que sufren violencia doméstica en Iberoamérica. Los hombres también son víctimas de este tipo de violencia, tanto por parte de sus parejas mujeres como de sus parejas hombres. Según datos del INE, el 38% de las personas que denuncian violencia doméstica en España son hombres y el 28% de las personas denunciadas por violencia doméstica son mujeres. Según un estudio de la Universidad 

Nacional Autónoma de México, el 9,6% de los hombres ha sufrido violencia física, el 15,5% violencia psicológica y el 6,4% violencia sexual por parte de su pareja o expareja en algún momento de su vida. Según una investigación de la Universidad de São Paulo, el 19,2% de los hombres ha sufrido violencia física, el 31,2% violencia psicológica y el 21,8% violencia sexual por parte de su pareja o expareja en los últimos 12 meses. 

 

Estos datos evidencian que la violencia doméstica es un problema grave y urgente que requiere de una respuesta coordinada y efectiva por parte de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil. En el siguiente apartado, te mostraremos el impacto de la violencia doméstica en el entorno laboral y cómo las empresas pueden desempeñar un papel crucial en la creación de un ambiente de trabajo seguro y solidario. 

 

Cómo la violencia doméstica nos afecta a todos en el trabajo: testimonios y soluciones 

 

La violencia doméstica no se queda en la puerta de la oficina. Sus efectos se filtran en la vida profesional de quienes la experimentan, y también de quienes la presencian o la sospechan. En este apartado, te contamos cómo la violencia doméstica te puede afectar a ti y a tu trabajo, y cómo puedes ayudar a prevenirla y combatirla. 

 

∙Impacto en las víctimas: La violencia doméstica puede afectar la salud física y mental de las víctimas, lo que puede repercutir en su desempeño laboral. Ana, una trabajadora de una empresa de telecomunicaciones, nos cuenta su experiencia: “Mi exmarido me maltrataba desde que nos casamos. Me pegaba, me insultaba, me 

controlaba el dinero, el teléfono, las redes sociales. Yo no se lo contaba a nadie, me daba vergüenza y miedo. Me sentía sola, triste, sin valor. Esto afectaba a mi trabajo, no podía concentrarme, me olvidaba de las cosas, cometía errores. A veces faltaba al trabajo porque tenía moretones o porque él no me dejaba salir. Mis jefes y 

compañeros no sabían lo que me pasaba, pensaban que era una mala trabajadora, que no me interesaba mi trabajo. Un día, él me amenazó con un cuchillo y yo llamé a la policía. Me ayudaron a salir de esa situación, me llevaron a un refugio, me dieron apoyo psicológico, legal y económico. Mi empresa también me apoyó, me 

dieron permiso para ausentarme, me cambiaron el horario, el teléfono y el correo, me asignaron un tutor que me orientaba y me animaba. Gracias a eso, pude recuperar mi autoestima, mi salud y mi trabajo. Ahora me siento más segura, más feliz, más productiva.” 

 

Algunas de las consecuencias que puede tener la violencia doméstica en las víctimas son: 

∙Baja autoestima y confianza en sí mismas. 

∙Estrés, ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático. 

∙Dificultad para concentrarse, recordar y resolver problemas. 

∙Aislamiento social y falta de apoyo. 

∙Lesiones, enfermedades o discapacidades. 

∙Ausentismo, impuntualidad o abandono del trabajo. 

∙Baja productividad, calidad y satisfacción laboral. 

∙Pérdida de ingresos, oportunidades y beneficios. 

 

¿Te imaginas cómo sería tu vida si sufrieras violencia doméstica? ¿Cómo crees que afectaría a tu trabajo, a tu salud, a tu felicidad? 

 

∙Impacto en los compañeros: La violencia doméstica también puede afectar a los compañeros y compañeras de las víctimas, que pueden sentirse preocupados, frustrados o impotentes al presenciar o sospechar de las situaciones de violencia. Carlos, un trabajador de una empresa de construcción, nos cuenta su experiencia: 

“Yo sabía que mi compañero Luis sufría violencia doméstica por parte de su pareja. Lo veía con marcas, con miedo, con tristeza. A veces venía su pareja al trabajo y le gritaba, le insultaba, le amenazaba. Yo no sabía qué hacer, me sentía mal, me daba pena, me daba rabia. No quería meterme en sus asuntos, pero tampoco quería dejarlo solo. Un día, su pareja le pegó delante de todos y yo no pude más. Le dije que eso no estaba bien, que tenía que denunciarlo, que podía contar conmigo. Luis se resistía, decía que lo quería, que iba a cambiar, que era su culpa. Yo le insistí, le dije que eso no era amor, que era violencia, que tenía que salir de ahí. Le hablé de los servicios de ayuda que había, le di el teléfono de una asociación, le ofrecí mi 

casa. Al final, Luis se animó a pedir ayuda, se separó de su pareja, puso una orden de alejamiento, recibió apoyo psicológico y legal. Mi empresa también le apoyó, le dieron facilidades para ir a las citas, le protegieron de posibles represalias, le dieron ánimo y confianza. Gracias a eso, Luis pudo superar su situación, recuperar su dignidad y su trabajo. Ahora se le ve más tranquilo, más contento, más motivado.” 

 

Algunas de las consecuencias que puede tener la violencia doméstica en los compañeros son: 

∙Estrés, ansiedad, miedo o culpa. 

∙Dificultad para comunicarse o colaborar con la víctima o el agresor. 

∙Riesgo de sufrir violencia o amenazas por parte del agresor. 

∙Sobrecarga de trabajo o responsabilidades adicionales. 

∙Baja moral, compromiso y lealtad con la empresa. 

 

¿Te imaginas cómo sería tu trabajo si tuvieras un compañero que sufre violencia doméstica? ¿Cómo crees que te afectaría a ti, a tu equipo, a tu empresa? 

 

∙Impacto en las empresas: La violencia doméstica también puede tener un costo económico y social para las empresas y la sociedad. María, una directora de recursos humanos de una empresa de servicios, nos cuenta su experiencia: “Nosotros nos dimos cuenta de que la violencia doméstica era un problema que nos 

afectaba como empresa cuando hicimos una encuesta de clima laboral. Los resultados nos sorprendieron, el 15% de nuestros empleados había sufrido violencia doméstica en el último año, el 25% conocía a alguien que la había sufrido y el 50% no sabía cómo actuar ante esta situación. Esto nos hizo reflexionar, nos dimos 

cuenta de que la violencia doméstica tenía un impacto negativo en nuestro negocio, en nuestra reputación, en nuestra responsabilidad social. Decidimos tomar medidas, creamos un protocolo de actuación, capacitamos a nuestro personal, creamos una red de apoyo, establecimos alianzas con otras organizaciones. Gracias a eso, 

pudimos mejorar nuestro entorno laboral, reducir el ausentismo, aumentar la productividad, mejorar la imagen corporativa, cumplir con la normativa legal y ética, prevenir posibles demandas o sanciones.” 

 

Algunas de las consecuencias que puede tener la violencia doméstica en las empresas son: 

∙Pérdida de productividad, competitividad y rentabilidad. 

∙Aumento de los gastos en salud, seguridad y recursos humanos. 

∙Deterioro del clima laboral y la reputación corporativa. 

∙Incumplimiento de las normas legales y éticas. 

∙Responsabilidad civil o penal por negligencia o complicidad. 

 

¿Te imaginas cómo sería tu empresa si no hiciera nada para prevenir y atender la violencia 

doméstica? ¿Cómo crees que afectaría a tu negocio, a tu marca, a tu sociedad? 

 

Estos testimonios y datos nos muestran que la violencia doméstica es un problema que nos concierne a todos y que podemos y debemos hacer algo para solucionarlo. En el siguiente apartado, te daremos algunas ideas y consejos para que puedas actuar desde tu posición de empresario o director y crear un ambiente de trabajo seguro y solidario. 

 

Recursos Disponibles: Cómo romper el silencio y salir de la violencia doméstica 

 

Si sufres violencia doméstica, debes saber que no estás solo, que no es tu culpa y que puedes salir de esa situación. Hay recursos disponibles para ayudarte, para protegerte, para apoyarte. Pero para acceder a ellos, tienes que dar el primer paso: romper el silencio. En este apartado, te contamos cómo puedes hacerlo y qué recursos puedes encontrar en Iberoamérica, tanto de organizaciones especializadas como de tu propia empresa. 

 

Be a Butterfly es una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a las víctimas de violencia doméstica en Estados Unidos y México y a concientizar sobre este problema generalizado. Su misión es proporcionar recursos y apoyo para aquellos afectados por la violencia doméstica, así como promover relaciones saludables y habilidades de comunicación para prevenir la violencia doméstica desde el principio. Al mismo tiempo, que crean un ambiente seguro y alentador para personas y familias que han experimentado 

abuso doméstico, fomentando la curación y brindándoles las herramientas necesarias para vivir vidas felices y libres de violencia. Laura, una trabajadora de una empresa de turismo, nos cuenta su experiencia: “Yo sufría violencia doméstica por parte de mi esposo desde hace años. Me golpeaba, me humillaba, me aislaba de mi familia y mis amigos. Yo no se lo decía a nadie, tenía miedo de que me hiciera algo peor. Un día, vi un folleto de Be a Butterfly en el baño de mi trabajo. Me llamó la atención el nombre, me gustaban las mariposas. Decidí llamar al número que aparecía, me atendió una mujer muy amable, que me escuchó, me entendió, me orientó. Me dijo que me ofrecían asesoramiento, apoyo legal. 

Me animó a denunciar a mi esposo, a pedir ayuda a mi empresa, a empezar una nueva vida. Gracias a ella, me armé de valor y lo hice. Mi empresa me apoyó, me dieron permiso para ausentarme, me cambiaron el horario, el teléfono y el correo, me asignaron un tutor que me orientaba y me animaba. Be a Butterfly me ayudó a salir de esa situación, me llevaron a una casa de acogida, me dieron apoyo psicológico, legal y económico. Gracias a ellos, pude recuperar mi autoestima, mi salud y mi trabajo. Ahora me siento más segura, más feliz, más productiva.” 

 

Pero Be a Butterfly no es la única organización que te puede ayudar. Hay muchas otras que trabajan en Iberoamérica para prevenir y atender la violencia doméstica, como la Red de Mujeres contra la Violencia en Nicaragua, la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género en Perú, la Fundación Ana Bella en España, la Rede Mulher Empreendedora en Brasil, entre otras. Estas organizaciones te pueden ofrecer servicios de asesoramiento, apoyo legal, refugio seguro, capacitación, empleo, etc. Puedes encontrar sus datos de 

contacto en internet, en las redes sociales, en los medios de comunicación, en los centros de salud, en las comisarías, etc. ¿Qué esperas para buscarlos y contactarlos? 

 

Tu empresa puede ser una fuente de ayuda para ti si sufres violencia doméstica. En Iberoamérica, muchas empresas han tomado medidas para reconocer, prevenir y abordar este problema y para ofrecer un entorno seguro y de apoyo para sus empleados. Algunas de estas medidas son: 

 

1.Protocolos de actuación: son normas o procedimientos que establecen cómo actuar ante casos de violencia doméstica, tanto para las víctimas como para los compañeros y los responsables. 

2.Capacitación del personal: es la formación que se brinda al personal para que pueda identificar, referir y apoyar a las víctimas de violencia doméstica, respetando su privacidad y confidencialidad. 

3.Redes de apoyo: son grupos o personas que ofrecen apoyo emocional, moral o práctico a las víctimas de violencia doméstica, dentro o fuera de la empresa. 

4.Alianzas con otras organizaciones: son acuerdos o convenios que se establecen con organizaciones locales o nacionales que brindan servicios de asesoramiento, apoyo legal, refugio seguro u otros recursos para las víctimas de violencia doméstica. 

5.Facilidades laborales: son beneficios o facilidades que se otorgan a las víctimas de violencia doméstica para que puedan acceder a los recursos sin perder sus ingresos o sus empleos. Por ejemplo, permisos pagados, flexibilidad de horario, cambio de teléfono, de correo o de lugar de trabajo, etc. 

 

Puedes informarte sobre estas medidas en tu departamento de recursos humanos, en tu sindicato, en tu comité de seguridad o en otros canales de comunicación interna. Además, puedes hacer lo siguiente para aprovechar estos recursos y para solicitar más si los necesitas: 

 

∙Buscar información sobre los recursos disponibles en tu empresa, en tu comunidad o en internet. Hay muchas organizaciones que te pueden ayudar, solo tienes que buscarlas y contactarlas. 

∙Pedir ayuda a tu empresa, a tus compañeros o a otras personas de confianza. No tengas miedo ni vergüenza, no estás solo, hay personas que te quieren y te apoyan. 

∙Denunciar la violencia doméstica ante las autoridades competentes. Es tu derecho y tu deber, no solo para protegerte a ti, sino también para evitar que otras personas sufran lo mismo que tú. 

∙Romper el ciclo de la violencia doméstica. No te resignes, no te culpes, no te quedes. Hay una salida, hay una esperanza, hay una vida mejor para ti. 

 

 

Estos recursos son para ti, para que puedas romper el silencio y salir de la violencia doméstica. No tengas miedo, no te sientas culpable, no te quedes callado. Hay personas y organizaciones dispuestas a ayudarte, a protegerte, a apoyarte. Solo tienes que dar el primer paso: hablar. ¿Qué te impide hacerlo? ¿Qué te motiva a hacerlo? 

 

Estudio de Caso: Empresas que Marcan la Diferencia 

En el apartado anterior, presentamos algunos de los recursos disponibles para las víctimas de violencia doméstica en Estados Unidos y México y cómo las empresas pueden facilitar su acceso y uso. Sin embargo, los recursos no son suficientes si no se acompaña de una cultura empresarial que promueva el respeto, la igualdad y la no violencia. 

 

Según el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la violencia doméstica puede afectar la productividad laboral, así como la salud y seguridad de los trabajadores y las trabajadoras. Por ello, los empleadores tienen la responsabilidad de reconocer el problema y ofrecer una respuesta adecuada. Sin embargo, no todas las 

empresas han implementado políticas y programas efectivos para abordar la violencia 

doméstica. A continuación, presentaremos algunos ejemplos de empresas que han marcado 

la diferencia en este ámbito. 

 

∙L’Oréal: La empresa de cosméticos ha lanzado una iniciativa global llamada "Stand 

Up", que tiene como objetivo sensibilizar y capacitar a sus empleados y al público 

en general para intervenir ante situaciones de acoso callejero, que puede ser una 

forma de violencia doméstica. La iniciativa se basa en el método "5D"3, que 

consiste en distraer, dirigir, documentar, delegar y dialogar con la víctima o el 

agresor. Además, la empresa ha establecido una línea de apoyo confidencial para sus 

empleados que sufren violencia doméstica y les ofrece asesoría legal, psicológica y 

financiera. 

 

∙Walmart: La empresa de comercio minorista ha desarrollado una política de prevención y atención de la violencia doméstica4, que incluye la capacitación de sus líderes y gerentes para identificar y apoyar a las víctimas, la flexibilidad laboral y el permiso pagado para que puedan buscar ayuda, y la colaboración con 

organizaciones locales que brindan servicios de asistencia y protección. Asimismo, la empresa ha creado una red interna de apoyo para las empleadas que han sufrido violencia doméstica y ha participado en campañas de concientización y recaudación de fondos para la causa. 

 

∙Cemex: La empresa de materiales de construcción ha implementado una estrategia integral para prevenir y erradicar la violencia de género en el ámbito laboral y doméstico. La estrategia comprende la difusión de una política de cero tolerancia a la violencia, el acoso y el hostigamiento, la capacitación de sus empleados y 

contratistas en temas de igualdad y no discriminación, la creación de un canal de denuncia anónimo y seguro, y la vinculación con instituciones públicas y privadas que ofrecen atención y orientación a las víctimas. Además, la empresa ha impulsado iniciativas de empoderamiento económico y social de las mujeres, tanto dentro como fuera de la organización. 

 

∙Starbucks: La empresa de café ha lanzado una iniciativa llamada "Strength in Numbers", que tiene como objetivo crear una red de apoyo y solidaridad entre sus empleados que sufren o han sufrido violencia doméstica. La iniciativa se basa en el testimonio de una empleada que logró superar una situación de violencia gracias al apoyo de sus compañeros y de la empresa. La iniciativa ofrece a los empleados un 

espacio seguro y confidencial para compartir sus experiencias, recibir consejo y orientación, y acceder a recursos internos y externos. Además, la empresa ha establecido una política de tolerancia cero a la violencia, el acoso y el hostigamiento, y ha capacitado a sus líderes y gerentes para identificar y apoyar a las víctimas. 

 

∙Avon: La empresa de cosméticos ha desarrollado una campaña global llamada "Speak Out Against Domestic Violence", que tiene como objetivo sensibilizar y movilizar a sus empleados, clientes y socios para prevenir y combatir la violencia doméstica. La campaña se basa en el lema "No estás sola", que busca romper el 

silencio y el estigma que rodean a la violencia doméstica, y empoderar a las víctimas para que denuncien y busquen ayuda. La campaña incluye la difusión de información, la recaudación de fondos y la donación de productos a organizaciones que brindan servicios a las víctimas. Asimismo, la empresa ha creado una línea de apoyo gratuita y confidencial para sus empleadas que sufren violencia doméstica y les ofrece asesoría legal, psicológica y financiera. 

 

∙Grupo Bimbo: La empresa de panificación ha implementado una estrategia de responsabilidad social corporativa que incluye la prevención y la atención de la violencia doméstica como uno de sus ejes de acción. La estrategia comprende la difusión de una política de respeto a los derechos humanos, la igualdad de género y la no violencia, la capacitación de sus empleados y proveedores en temas de diversidad e inclusión, la creación de un comité de equidad y no discriminación, y la colaboración con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales para promover la equidad de género y prevenir la violencia doméstica. Además, la 

empresa ha impulsado programas de empoderamiento económico y social de las mujeres, tanto dentro como fuera de la organización. 

 

Estos ejemplos demuestran que las empresas pueden marcar la diferencia en la prevención y la atención de la violencia doméstica, tanto en el ámbito laboral como en la sociedad en general. Sin embargo, es necesario que estas iniciativas se repliquen y fortalezcan en todas las empresas, independientemente de su tamaño, sector o ubicación. En el siguiente apartado, concluiremos el artículo resaltando la importancia de un compromiso continuo por parte de las empresas para abordar la violencia doméstica y crear entornos laborales seguros, justos e inclusivos. 

 

Compromiso Empresarial por un Mundo sin Violencia 

La violencia doméstica es un problema social que afecta a millones de personas en todo el mundo, incluyendo a la fuerza laboral de las empresas en Estados Unidos y México. Este fenómeno tiene consecuencias devastadoras para las víctimas, los compañeros y las empresas, y requiere de una respuesta coordinada y efectiva por parte de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil. 

 

En este artículo, hemos explorado el impacto de la violencia doméstica en el entorno laboral, desmitificado algunos conceptos erróneos que rodean a este fenómeno y presentado datos estadísticos que reflejan la magnitud del problema en Estados Unidos y México. Asimismo, hemos analizado el papel crucial que las empresas pueden desempeñar en la prevención y atención de la violencia doméstica y hemos destacado algunos recursos disponibles para las víctimas en ambos países. 


Además, hemos presentado ejemplos de empresas que han marcado la diferencia en la lucha contra la violencia doméstica, tanto a nivel nacional como internacional. Estos ejemplos demuestran que las empresas pueden contribuir significativamente a la creación de un mundo sin violencia, siempre y cuando asuman la responsabilidad, promuevan una cultura de respeto e igualdad, y establezcan políticas y programas efectivos. 

 

En conclusión, es fundamental que las empresas reconozcan la gravedad y la complejidad de la violencia doméstica, sensibilicen a su personal, proporcionen recursos accesibles y confidenciales para las víctimas, y colaboren con organizaciones especializadas. Asimismo, es necesario que las empresas promuevan una cultura empresarial basada en el respeto, la igualdad y la no violencia, y que establezcan políticas y programas efectivos para prevenir y abordar la violencia doméstica en el ámbito laboral y más allá. 

 

Romper el silencio en torno a la violencia doméstica es un paso crucial para construir un mundo más seguro, justo e inclusivo. Las empresas tienen el poder y la responsabilidad de liderar este cambio, tanto a nivel individual como colectivo. Al comprometerse activamente en la prevención y atención de la violencia doméstica, las empresas pueden contribuir a crear entornos laborales y sociales donde todas las personas puedan vivir libres de miedo, abuso y discriminación. 

 

Juntos, podemos romper el silencio y construir un mundo sin violencia doméstica.

Anterior
Anterior

Antonio Magraner: El Rol Trascendental Del Turismo En La Formalización De La Economía

Siguiente
Siguiente

IFEMA MADRID lidera el calendario de feria internacional en España con 45 eventos profesionales en 2024