Retos de las MiPyme en América Latina: un requerimiento de todos y una política de Estado

Escrito por: Fabio Andrés Puerta Guardo

Sin lugar a duda las MiPymes juegan un rol importante en la economía global, y su participación toma cada vez mayor fuerza dado su dinamismo y simplicidad en la realización de actividades de generación de ingresos y recursos .Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), representan cerca de un 99% del total de empresas y generan cerca del 67% de empleos, constituyendo así un componente relevante del andamiaje productivo en la región y actores claves para incrementar el crecimiento potencial de América Latina. Como bien dirían de forma coloquial, pero con un arraigo cultural impresionante, en mi amada Cartagena de Indias: “las microempresas se han regado mas que verdolaga en playa”. De acuerdo con la Fundación para el Análisis Estratégico y Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa – FAEDPYME, las MiPyme de Iberoamérica presentan una antigüedad promedio de 14 años, donde la mayor participación(≈27%) lleva menos de 5 años de funcionamiento, con una tendencia decreciente respecto al número de empresas y antigüedad o permanencia en el mercado, cerrando con una participación inferior a un 5% de aquellas empresas con más de 50 años de funcionamiento.

No obstante, existen algunas barreras asociadas en primera instancia con los altos costos de la inversión, falta de recursos financieros en la empresa, conexión de banda ancha insuficiente, falta de cultura empresarial para impulsar la transformación digital.

Factores Asociados

Algunos factores que pueden estar asociados al cierre de empresas o dificultades para su permanencia en el mercado pueden ser el Grado de Madurez Digital por País, donde Perú presenta mayor grado de Digitalización Avanzada (1,9), seguido de Ecuador (1,87), España (1,80), Colombia y México (1,76), Argentina y Brasil (1,63).

La anterior dinámica se ve acompañada por diferentes estrategias, entre las cuales se encuentran aquellas delimitadas para la digitalización, fundamentadas en el entendimiento de las posibilidades y ventajas que genera, la formación de los directivos en estos temas, la inversión de recursos importantes a digitalizar el negocio, la preparación de los empleados para el desarrollo digital de la empresa, entre otros aspectos.

En consonancia con Microsoft, dado los cambios presentados por las tendencias tecnológicas, las Pyme Latinoamericanas deberían cambiar sus estrategias, a fin de afrontar los principales desafíos respecto a aspectos comerciales, optimización del uso de datos para la inteligencia del negocio con fines de lograr mejor disponibilidad y

acercamiento a sus clientes y por consiguiente incrementar sus ventas, explotar la modalidad de trabajo hibrido con miras a responder de manera eficiente a los entornos cada vez más híbridos de la industria, para lo cual será imprescindible priorizar en inversiones tecnológicas de calidad que logre un balance óptimo entre colaboración y productividad. Esta ultima parte, desprende un reto crucial en torno a la ciberseguridad, para lo cual muchas Pyme están tomando medidas e implementando políticas tendientes a prevenir ataques cibernéticos.

Por otra parte, según FAEDPYME, los beneficios percibidos por las empresas derivados de la adopción de políticas sostenibles en el negocio lo relacionan con la mejora de la imagen y reputación, el aumento del grado de satisfacción de los clientes, generación de ventajas frente a la competencia, incremento de la rentabilidad de la empresa o incremento de la motivación de los empleados.

En este orden de ideas, Costa Rica lidera el ranking para Latino América con un rendimiento de 2,87, seguida de Perú (2,82), España (2,76), Ecuador (2,68), Colombia (2,61), Panamá (2,56), México (2,52), entre otros. Pese a ello, existen obstáculos para la consecución de la sostenibilidad medioambiental del negocio como los elevados costos para la implementación del desarrollo sostenible, las dificultades para financiar proyectos vinculados con la sostenibilidad, carencia formación medioambiental del personal de la empresa, complejidad en la aplicación de normativa

medioambiental, entre otros aspectos. Acorde con lo anterior, según la CEPAL, la contribución de las MiPyme de Iberoamérica al PIB es relativamente bajo, donde solo exportan el 10% de su producción, muy inferior a la cifra presentada en Europa (40%). Esta situación obedece en gran medida, a deficiencias en sus niveles de productividad. No obstante, para la CEPAL, la aplicación de políticas coherentes y coordinadas permitirá a las Pyme ser agentes del cambio estructural a través de su contribución al aumento de la productividad.

Para el caso de Colombia, tierra hermosa, rica y con personas pujantes, en consonancia con el último informe de tejido empresarial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo a julio de 2023, las microempresas tienen una contundente participación en el tejido empresarial de un 95,4%, seguida de las pequeñas empresas con un 3,4%, medianas 0,8% y grandes 0,3%. Ello, marca de entrada la importancia de este sector para la economía colombiana, donde las grandes empresas se nutren del menudeo o del trabajo raso realizado por los microempresarios. Según informe de Confecámaras, 164.435 empresas se crearon en el primer semestre de 2023, de las cuales un 26% (42.797) corresponden a sociedades y un 74% (121.638) son personas naturales. los subsectores con mayor creación de empresas durante el primer semestre del año 2023 corresponden a comercio al por mayor y al por menor, vehículos (33,10%), servicios de comida y alojamientos (15,52%), industria manufacturera (11,34%), construcción (6,45%), y por último las actividades profesionales, científicas y técnicas (6,13%). En materia general, el número de empresas ha presentado un crecimiento promedio de 9,65%, en los últimos cuatro años, con una cifra a corte de julio 2023 de 1.976.297 empresas activas, de las cuales un 21,65% aún se encuentran pendientes de renovar del año anterior.

Esta última cifra quizá no llame la atención de pocos o muchos; sin embargo, debe ser un aliciente para estudiar las razones por las cuales estas empresas no han decidido renovar su matrícula. Este mismo informe, resalta el mayor motivo por el cual se han creado miles de micronegocios en Colombia, donde la razón más importante (37,8%

para el año 2022) radica en “no tener otra alternativa de ingresos”, seguida de “una alternativa de negocio en el mercado”. Claramente se observa que no existe un nivel de planeación para la creación de empresas, lo cual a su vez pronostica un escenario de incertidumbre y sombrío futuro de estas y su permanencia en un mercando competitivo,dinámico e innovador como el actual.

Esta carencia de elementos importantes para el desarrollo de las actividades empresariales, puede constituirse en un detonante de la supervivencia de muchas empresas, teniendo en cuenta que según Confecámaras solo un 33,5% de las empresas del país sobreviven al término de 5 años. Esta tasa de supervivencia incrementa cuando las empresas ejercen como sociedades, que al desempeñarse como persona natural, donde influyen factores como organización jurídica, tamaño de la empresa, entorno para hacer negocios, capacidad de acceder a mercados internacionales y atraer capital económico y humano, dinamismo del sector al que pertenece, el acceso al crédito y pertenecer a una aglomeración productiva o clúster.

Aunado a lo anterior, según el Grupo Banco Mundial, en su informe a julio de 2023, Colombia presenta los riesgos mas altos en comparación con países de la OCDE, entre los cuales sobresalen, inundación fluvial, deslizamiento de tierra, terremoto, población desplazada por la fuerza, que coinciden en países como Perú y Ecuador. Esta situación, sin duda alguna afecta el desarrollo normal de la microempresa, a quienes se les atribuye los problemas por baja productividad, derivado del bajo nivel de preparación de la fuerza de trabajo, elevados costos monetarios y no monetarios, alto volumen de regulaciones y normatividad que dificultad el actuar de las empresas.

De igual forma, según cifras de la OCDE para el segundo trimestre de 2023, Colombia presentó una desaceleración en su PIB de un -1%, por debajo del aumento registrada por la OCDE (0,4%). La anterior situación, puede verse reflejada por la reducción de la actividad económica de Colombia en un 0,8% de acuerdo con el Informe de Seguimiento a la Economía – ISE- abril de 2023 Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, ocasionada por la disminución en las actividades del sector primario (agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; extracción de minas y canteras) y secundarias (manufactura y construcción). Acorde con lo establecido por Confecámaras, el primer semestre del 2023 ha generado un reto importante para estas empresas, las cuales se han visto enfrentadas al incremento de las tasas de interés, comportamiento de la inflación,volatilidad del dólar, entre otras aspectos que afectan el comportamiento de la economía y la dinámica de creación de empresas. Otra preocupación que se ha acrecentado en la actualidad, y que perjudica el desarrollo de las empresas y la creación de nuevas, son la inseguridad y delincuencia, lo cual de acuerdo con el informe de Pulso Empresarial del Departamento Nacional de Estadísticas – DANE, un 58,3% de los sectores encuestados, considera que es inseguro operar en Colombia producto de la delincuencia, ratificando con un 69,1% de los encuestados que la situación en Colombia para los próximos meses seguirá igual, mientras que un 22,7% considera que empeorará.

De este modo, empezaba a asomar sus garras y ganaba participación entre los encuestados a nivel nacional la llamada “Extorsión”, cuya percepción se empezó a incrementar entre junio y noviembre del año 2022, con un porcentaje de 12% del total de encuestados. Tal situación en la actualidad se ha agravado y representa uno de los mayores temores y obstáculos para quienes deciden crear negocios, y uno de los retos cruciales del actual gobierno, de los cual no se vislumbran avances sobre una cercana solución. A pesar de la situación deplorable en materia de seguridad, el gobierno a través de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales -DIAN, presentó a corte de junio de 2023 su Informe del Régimen Simple de Tributación (RST), donde muestra un total de 117.986 inscritos a este régimen, del cual un 56% (65.757) son personas jurídicas y un 44% (52.229) personas naturales.

Este porcentaje ha venido incrementando durante los últimos cinco años, en promedio un 19,98%, cifra que refleja el esfuerzo en algunas iniciativas por la formalización empresarial. Cabe anotar, que este régimen es una forma de apoyar la formalización de los negocios en Colombia y el mundo, y una manera de aliviar la carga tributaria de los microempresarios.

Ante las problemáticas presentadas anteriormente, desde el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, se establece como solución para lograr la justicia económica la articulación entre Estado, comunidad, universidades y empresas, donde la economía popular cumple un rol importante. De este modo, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, ha realizado inversiones por mas de $160.000 millones en el fortalecimiento de las capacidades productivas, administrativas, comerciales y financieras de las MiPyme, así como la promoción de encadenamientos productivos con el propósito de cumplir con los estándares requeridos para su inserción en los mercados locales, regionales e internacionales.

Aunadas a estas iniciativas, vale la pena resaltar las alianzas con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe – CAF, como mecanismos de financiación para pymes colombianas enfocadas en ingeniería, con el propósito de incentivar su crecimiento y fortalecimiento a través del acceso efectivo al crédito, contribuyendo así a la consolidación empresarial.

Así mismo, desde Confecámaras se invita a consultar los programas de acompañamiento a los emprendedores en la materialización de su idea de negocio. Finalmente, es importante recordar que a través de las sinergias se logran alcanzar resultados superiores a los rendimientos individuales, cuya dinámica genera procesos más sólidos que contribuyen a consolidar el fortalecimiento de las MiPyme y por consiguiente el crecimiento económico global.

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